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El Acuerdo de París es un tratado internacional sobre el cambio climático jurídicamente vinculante. Fue adoptado por 196 Partes en la COP21 (Conferencia sobre el Cambio Climático) en París, el 12 de diciembre de 2015 y entró en vigor el 4 de noviembre de 2016.

Su objetivo es limitar el calentamiento mundial a muy por debajo de 2ºC, preferiblemente a 1,5 ºC, en comparación con los niveles preindustriales.

Para alcanzar este objetivo de temperatura a largo plazo, los países se proponen alcanzar el máximo de las emisiones de gases de efecto invernadero lo antes posible para lograr un planeta con clima neutro para mediados de este siglo.

La aplicabilidad del Acuerdo comenzó en 2020, tras la finalización de la vigencia del Protocolo de Kioto. Hasta el 3 de noviembre de 2016, este instrumento internacional había sido firmado por 97 partes, lo cual comprende 96 países firmantes individualmente y la Unión Europea, la cual ratificó el acuerdo el 5 de octubre de 2016. De esta manera, se cumplió la condición para la entrada en vigor del acuerdo (Artículo 21,1) al ser ratificado por más de 55 partes, que suman más del 55 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

¿Por qué la Conferencia se llama COP21?

La Conferencia sobre el Cambio Climático de París se conoce oficialmente como la 21ª Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), órgano de la ONU responsable del clima, cuya sede se encuentra en Bonn, Alemania. La Conferencia también fungirá como la 11ª Reunión de las Partes en el Protocolo de Kioto.

La COP se lleva a cabo anualmente para tomar decisiones que fomenten la implementación de la Convención y para combatir el cambio climático. La COP21 tomará lugar de forma simultánea con la CMP11, la 11ª reunión de las Partes en el Protocolo de Kioto, misma que supervisa la implementación de dicho Protocolo y las decisiones tomadas para incrementar su efectividad.

¿Cómo funciona el Acuerdo de París?

La aplicación del Acuerdo de París requiere una transformación económica y social, basada en la mejor ciencia disponible. El Acuerdo de París funciona en un ciclo de cinco años de medidas climáticas cada vez más ambiciosas llevadas a cabo por los países. En 2020, los países presentaron sus planes de acción climática conocidos como contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC), sigue leyendo para saber más para saber las contribuciones de España..

¿Qué está haciendo la UE con el Cambio climático?

Es muy evidente que estamos viviendo cambios climáticos del planeta que están transformando el mundo. En los últimos 20 años hemos visto 18 de los años más cálidos registrados, a igual que una gran variedad de fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más frecuentes y devastadoras, como incendios que arrasan Australia, olas de calor, inundaciones…

Los científicos advierten de que, si no se actúa urgentemente, es probable que el calentamiento global supere en 2060 los 2 ºC por encima de los niveles preindustriales, y podría incluso llegar a los 5 ºC antes de finales de siglo.

Aunque para muchos este pequeño cambio no signifique nada, tan solo estos 2 ºC pueden ser devastadores, sobre la naturaleza, irreversible para muchos ecosistemas y la perdida de biodiversidad. El aumento de las temperaturas y la intensificación de los fenómenos meteorológicos también se traducirá en enormes costes para la economía de la UE y mermará la capacidad de los países de producir alimentos.

¿Qué soluciones plantea la UE?

El cambio climático es un desafío mundial que requiere una respuesta de todos los estados miembros del planeta. La UE está decidida a contribuir a aumentar el nivel de ambición mundial y está dando ejemplo.

La UE es uno de los signatarios del Acuerdo de París, que pretende limitar el calentamiento del planeta muy por debajo de 2 ºC y promover medidas para limitarlo a 1,5 ºC.

Los dirigentes de la Unión Europea han refrendado el objetivo de lograr la neutralidad climática de aquí a 2050, conforme al Acuerdo de París.

Objetivos para 2030

En 2014, se acordó el marco de actuación en materia de clima y energía hasta el año 2030 con un conjunto más ambicioso de objetivos para el periodo 2021-2030. Mediante esos objetivos, la UE se comprometió a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 40 % para 2030 con respecto a los niveles de 1990.

El marco de actuación contiene políticas y objetivos para que la economía y el sistema energético de la UE sean más competitivos, seguros y sostenibles. También ha servido para reformar el RCDE y adoptar normativa de seguimiento y notificación, y ha puesto de manifiesto la necesidad de disponer de planes nacionales en materia de clima y energía y de estrategias a largo plazo.

En diciembre de 2020, se dan cuenta de la necesidad de aumentar la ambición en materia climática, también conforme al Acuerdo de París, el Consejo Europeo refrendó un nuevo objetivo de reducción de emisiones para 2030. Los dirigentes de la UE acordaron un objetivo vinculante para la UE de reducción interna neta de las emisiones de gases de efecto invernadero, de aquí a 2030, de al menos un 55 % con respecto a los valores de 1990.

  • impulsar el crecimiento económico sostenible,
  • crear empleo,
  • generar beneficios en materia de salud y medio ambiente para la ciudadanía de la UE,
  • contribuir a la competitividad global a largo plazo de la economía de la UE mediante la promoción de la innovación en tecnologías ecológicas.

Objetivos para 2050

En diciembre de 2019, los dirigentes de la UE refrendaron el objetivo de alcanzar una UE climáticamente neutra para 2050. En sus Conclusiones, los dirigentes de la UE pedían al Consejo que impulsara los trabajos sobre el Pacto Verde Europeo puesto en marcha por la Comisión Europea.

Reconociendo que es necesario instaurar un marco facilitador para asegurar una transición a la neutralidad climática que sea eficiente en términos de costes, así como socialmente equilibrada y equitativa, y que tenga en cuenta las distintas circunstancias nacionales, los dirigentes de la UE destacaron que la transición a la neutralidad climática brindará oportunidades económicas, sociales y tecnológicas significativas.

En vista del compromiso político de los dirigentes de la UE, y de conformidad con el Acuerdo de París, los Estados miembros de la UE están elaborando sus estrategias a largo plazo para un desarrollo con bajas emisiones para presentarlas a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. En marzo de 2020, los ministros de Medio Ambiente de la UE adoptaron la estrategia climática de la UE a largo plazo.

Ley Europea del Clima

Uno de los elementos del Pacto Verde Europeo, la Ley Europea del Clima, tiene por objeto fijar en la legislación el objetivo de una Europa climáticamente neutra de aquí a 2050. Los ministros de Medio Ambiente de la UE alcanzaron un acuerdo acerca de una orientación general sobre la propuesta de Ley Europea del Clima que incluye un nuevo objetivo de la UE de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 del 55 % como mínimo respecto de 1990, siguiendo las orientaciones del Consejo Europeo de los días 10 y 11 de diciembre de 2020.

Contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC)

En sus contribuciones determinadas a nivel nacional (conocidas como NDC por sus siglas en inglés), los países comunican las medidas que tomarán para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero con el fin de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. Los países también comunican en dichas contribuciones las acciones que tomarán para crear resiliencia y adaptarse a los efectos del aumento de las temperaturas.

Contribuciones de España al acuerdo

A pesar de que España avanza en una senda climática óptima, con buenas acciones como el impulso de la ley climática, aún se encuentra muy alejada de las recomendaciones científicas para cumplir con el Acuerdo de París, al apostar solo por una reducción de las emisiones del 23 % para 2030 respecto a 1990.

Con los objetivos actuales del Gobierno no estamos alineados con los compromisos adquiridos con París, lo que demuestra la gran brecha existente entre lo que aporta Europa y España, ha avanzado Tatiana Nuño, responsable de cambio climático de Greenpeace, durante la rueda de prensa para hacer un balance de los cinco años desde que se firmó dicho pacto.

La Comisión para la Transición Ecológica del Congreso de los Diputados ha analizado a principios de Febrero de 2021 el proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética con el propósito de que quede definitivamente aprobada en esta primavera. La ponencia ha debatido los artículos 1 a 7, que fijan el ritmo en la reducción de emisiones de CO2 planteado por el Gobierno. Tal y como está en la actualidad, el texto legislativo propone lo siguiente:

  • España deberá alcanzar la neutralidad climática no más tarde de 2050.
  • Hacia ese objetivo, en 2030 las emisiones del conjunto de la economía española deberán reducirse en al menos un 20% respecto al año 1990.
  • Al finalizar la próxima década, como mínimo el 35% del consumo final de la energía deberá ser de origen renovable.
  • En el caso del sistema eléctrico, la presencia renovable deberá ser de al menos un 70% en 2030.
  • para entonces, las medidas de eficiencia energética tendrán que reducir el consumo de energía primaria en, al menos, un 35 %
  • Antes de mitad de siglo, el sistema eléctrico de España deberá ser 100% renovable.

En las reuniones previas de la Comisión, que ha estado meses escuchando a los expertos y sectores afectados por la futura norma, se había observado un alto nivel de consenso respecto a la necesidad de contar con una Ley que habilite medidas más firmes y urgentes para hacer frente a la crisis climática. Cabe recordar aquí que a principios de 2020 el Gobierno declaró la emergencia climática.

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