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Los aparatos de aire acondicionado resultan casi imprescindibles durante los meses más calurosos. Sin embargo, es crucial tener en cuenta algunas recomendaciones para evitar sustos en la factura. En este artículo mostraremos los detalles más importantes que deben tenerse en cuenta para conseguir ahorrar mes a mes en el consumo del aire acondicionado.

La importancia de la eficiencia de nuestro aire acondicionado

Si todavía no se ha tomado una decisión de compra, es considerable considerar el ahorro energético que puede ofrecernos cada aparato. En función del clima de la zona, debemos adquirir el equipo que mejor se ajuste a nuestras condiciones climáticas, puesto que no todos trabajan adecuadamente en el mismo rango de temperaturas.

Climas fríos con unos veranos suaves

En zonas de montaña y en toda la costa atlántica, es probable que merezca la pena buscar un equipo que tenga un índice SCOP elevado. Estas siglas provienen de Seasonal Coefficient Of Performance, coeficiente de rendimiento estacional, traducido al castellano. Para poder valorar estos equipos se tiene en cuenta la cantidad de kW de calor que es capaz de generar por cada kW de energía que se ha consumido.

Un equipo de alta eficiencia debe tener este índice por encima de 5. De este modo, por cada kW consumido será capaz de generar 5 en calor para el hogar. Cuanto mayor sea su número, más efectivo es su compresor a la hora de trabajar.

Zonas de veranos calurosos

En otras áreas, los inviernos no resultan un problema, sin embargo, los veranos alcanzan de forma habitual temperaturas superiores a los 30 grados. En este caso es más importante que valoremos el índice SEER. Al igual que pasaba con el SCOP, valora los kW generados en función de los consumidos. No obstante, en este caso se trata de kW de frío, al contrario que el caso anterior.

¿Por qué debemos prestar atención al índice de eficiencia energética?

Salvo algunas excepciones, la mayoría de aparatos del mercado no destacan en ambos valores de manera especial. Algunos están más orientados a proporcionar calor y otros a proporcionar frío. Por ello, el ahorro energético será más efectivo si se toma una decisión de compra adecuada.

Calcular las dimensiones de la estancia para lograr un mayor ahorro energético

Antes de comprar un aparato, es fundamental que tomemos nota de las dimensiones de la habitación que deseamos climatizar. Un equipo demasiado potente podrá conseguir la temperatura óptima mucho antes, no obstante su consumo global será elevado, puesto que el propio ventilador estará preparado para un trabajo mayor.

Si por el contrario, no tiene la capacidad suficiente para cubrir una sala, el consumo de energía se disparará y es posible que sufra averías constantes, ya que estos productos están pensados para mantener una temperatura estable con descansos del compresor. Forzarlo únicamente conducirá a sobrecalentamientos y fallos en la refrigeración.

Si deseamos climatizar varias habitaciones, lo mejor será buscar un multisplit o un aire por conductos. Dejar las puertas abiertas solo conducirá a que entre más aire sin climatizar que supondrá un esfuerzo adicional para nuestro electrodoméstico, así como un aumento de la factura mensual.

Puede ser que el equipo ya se encuentre instalado. En ese caso, como comprar uno nuevo supondría una gran inversión y un desperdicio de recursos, existen otras medidas que podemos tomar para que la factura no se dispare. Si un aparato se estropea, es imprescindible saber dónde tirarlo.

La mejor temperatura para ahorrar energía

En función de la temperatura exterior, el aparato se verá obligado a trabajar de un modo más exigente cuantos más grados de diferencia existan. A continuación vamos a mostrar las referencias orientativas para verano y para invierno.

aire acondicionado

Controlar el termostato en invierno

En esta época la humedad ambiental suele ser más alta. Los aires acondicionados son capaces de extraer una gran cantidad de agua en suspensión y producen un calor seco. Por ello, no resulta recomendable que alcancen temperaturas superiores a los 20 grados. Pero los mejores niveles de eficiencia se alcanzan cuando el termómetro marca los 17 o 18 grados.

Por la noche, es conveniente bajar el termostato 2 o 3 grados. De esta forma tendremos un sueño más profundo y no nos moveremos tanto debido a la temperatura. Cada grado de aumento en el termostato puede suponer un 10 % más de energía. En climas donde las temperaturas exteriores son muy bajas, estos datos pueden verse incrementados.

Mantener la casa fresca en los meses de verano

En la estación más cálida del año se recomienda una temperatura interior de entre 26 y 27 grados. Es posible que notemos un poco de calor en estos niveles, pero tiene solución. La luz solar ofrece una potente radiación a las estancias en las horas centrales del día. Para notar un mayor frescor, es importante bajar las persianas.

No debemos cometer el error de abrir las ventanas, ya que el aire del exterior estará muy caliente y producirá un esfuerzo adicional para el sistema de climatización, consiguiendo el efecto contrario al que buscamos.

Como hemos visto, un aire acondicionado es un gran aliado frente a las temperaturas extremas. Es primordial que tomemos en consideración estos consejos para evitar un consumo excesivo de energía. Cada kW que ahorremos se verá reflejado en nuestras facturas, pero también en la salud del planeta, esto también es un beneficio de eliminar el consumo de energía fantasma, como te contamos en otro de nuestros artículos.

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