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La sostenibilidad ambiental es un aspecto imprescindible para que una empresa sea más rentable. Repasamos todas las claves necesarias para conseguir una empresa más sostenible.

Qué es la sostenibilidad ambiental y por qué es importante

La sostenibilidad del medio ambiente alude a la capacidad de llevar a cabo actividades empresariales que se realizan a largo plazo y siempre teniendo en cuenta criterios ambientales, económicos y sociales. Cada paso que se da en esta dirección repercute, directamente, en la consecución de objetivos como la mejora de la buena imagen de la empresa.

En el índice Dow Jones se combinan 600 variables distintas para convertir la sostenibilidad en un valor cotizable. Se analizan las 2500 compañías con mejor cotización para quedarse, en 2021, con un total de 322 empresas a nivel mundial que son totalmente sostenibles.

Las ventajas de mostrar públicamente la adhesión a compromisos de sostenibilidad racionaliza la gestión empresarial. Además, la empresa correspondiente mejora una imagen de marca más sólida y adquiere cierto prestigio. Recordamos que la ley 26/2007 ha añadido a la frase «el que contamina paga» que también remedia el daño producido.

La sociedad parece cada vez más sensible ante los desastres naturales. A ello se suma que la administración se esfuerza cada día más por establecer los límites necesarios para frenar los daños al medioambiente.

Cómo saber si una empresa es sostenible

Las empresas sostenibles se pueden reconocer gracias a una serie de factores. El denominador común es valorar cuál es el impacto de las decisiones que se toman teniendo en cuenta los siguientes tres factores.

La sostenibilidad económica

El objetivo final no debe ser exclusivamente la obtención de beneficios, sino también respeto a los recursos naturales, a la distribución de la riqueza y a la reducción de la contaminación. Exponer el compromiso con la Agenda 2030 supone también fijarse en indicadores como el volumen de negocio, la rentabilidad, la liquidez o la deuda.

La sostenibilidad social

Alude a cuál es la contribución de la empresa para la salud de las personas. En este caso, hay que valorar aspectos como:

  • ¿Cuáles son las iniciativas ecológicas que apoya la empresa?
  • ¿Qué tipo de acciones se realizan para preservar el medioambiente?
  • ¿Cómo se integra la empresa en la ciudad en la que se ubica?
  • ¿Es pública la política de sostenibilidad?

La sostenibilidad ambiental

Hay que determinar cuál es el impacto ambiental que genera la empresa. Los positivos habría que fomentarlos y los negativos habría que corregirlos, logrando así que las emisiones se reduzcan, pero también apostando por el reciclaje y por la renovación, y la publicación de la política de sostenibilidad. Todo influye y siempre es posible poner en marcha estrategias concretas como las que ahora se describen.

Estrategias de sostenibilidad que debes aplicar en tu empresa

Es imprescindible que se pongan en marcha las herramientas preventivas necesarias para evitar el incumplimiento de la ley y el abono de sanciones administrativas. Hay que medir la intensidad de los riesgos ambientales y evitarlos gracias a acciones sostenibles en una empresa, como las siguientes.

El reciclaje de RAEE

Las siglas aluden a residuos y aparatos electrónicos y eléctricos que han de reciclarse de forma correcta. Contamos con una planta propia de reciclaje que se encarga de esta importante labor y que ayuda al empresario a deshacerse de lo que no necesita para que se convierta en materia prima reutilizable.

reciclaje de raee en Barcelona

El tipo de transporte utilizado

Es primordial apostar por una flota de vehículos eléctricos que faciliten la accesibilidad a cualquier punto contaminando lo menos posible. Sin duda, es una de las inversiones más rentables en materia de sostenibilidad. Instar a los clientes a que recojan su pedido en un punto de entrega es siempre aconsejable para reducir el número de viajes.

El embalaje

No es posible realizar campañas indicando la importancia de la sostenibilidad y enviar un producto con un embalaje excesivo o sin confiar en materiales reciclados. Además, se tienen en cuenta otros factores como:

  • La reducción del volumen y del uso de plásticos.
  • Las opciones de reutilización en el futuro.
  • El impacto que puede tener en la salud de los empleados.
  • El nivel de químicos peligrosos para los animales y los humanos que contiene el material elegido para embalar.
  • La inclusión de una etiqueta reciclable y de otra que certifique que se trata de un material biodegradable.

Elegir otros proveedores

Han de ser más cercanos para reducir la huella de carbono. Además, debe revisarse cuál es la calidad del producto, cuánta agua se consume para la fabricación y si la materia prima es reciclada o no.

Mejor si el proveedor cuenta con algún tipo de certificado que pruebe que se han optimizado los procesos y que cumple con la responsabilidad medioambiental a la hora de seleccionar las materias primas que utiliza. Finalmente, puede comprobarse si el proveedor cumple con la normativa vigente.

Renovar la maquinaria y apostar por la energía ecológica

Es siempre recomendable comprar productos de eficiencia energética A o superior. La energía eléctrica debe ser sustituida por la solar y debe comprobarse el tipo de medidas que pueden contribuir a reducir el consumo energético. Cambiar el diseño de la empresa para darle mayor protagonismo a la luz natural es un buen ejemplo.

Apostar por el reciclaje y la economía circular

El verbo tirar debe convertirse en reutilizar. Hay que comprobar cuál es la vida útil de cada producto o material para fomentar su durabilidad y resistencia. A buen seguro, siempre es posible encontrar nuevas fórmulas para reducir el gasto.

Así, la sostenibilidad ambiental es una opción perfecta para ahorrar más y para reforzar la filosofía empresarial ante la clientela potencial. Pasar de la teoría a la práctica genera confianza, compromiso y más beneficios económicos.

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