¿Qué es la Minería Urbana?
La minería urbana consiste en extraer minerales de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, los RAEE, y de los residuos de pilas y acumuladores, los RPA. Este concepto pretende reducir la extracción de materias primas como el indio, el oro, el wolframio entre otros, y minimizar los costes de energía y consumo de agua en su extracción natural.
El concepto de minería urbana ha crecido en los últimos años debido al aumento de estos residuos y la legislación de la basura electrónica.
Origen de la minería urbana
Este concepto no tan novedoso aparece durante la década de los 80 en Japón, cobrando más fuerza y resonancia en países desarrollados debido al incremento del uso de las nuevas tecnologías en nuestro día a día y los componentes de su interior. Por este motivo, nuestros electrodomésticos, los móviles, ordenadores o son una fuente de componentes con mucho valor. De hecho, algunos de los dispositivos que usamos en nuestra rutina diaria pueden contener hasta 60 elementos de la tabla periódica como el cobre, el hierro, e incluso el oro y la plata.
Gracias a los procesos de reciclaje, estos materiales pueden ser extraídos y utilizados de nuevo para fabricar nuevos aparatos. De este modo, se contribuye además a la Economía Circular y se les da una segunda vida al reintroducirlos al mercado.
Beneficios de la Minería Urbana
El principal beneficio de la Minería Urbana tiene una relación directa con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pues la recuperación de materiales para darles una nueva vida contribuye al ODS número 12 para garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. Además, evita el desabastecimiento de determinadas materias primas en el mundo. Estos objetivos fueron desarrollados por la Asamblea General de Naciones Unidas en 2015 enfocados para 2030. Un plan de acción a favor de las personas, el planeta y el cuidado del medio ambiente.
La recuperación de materiales y el reciclado de metales tienen beneficios significativos en comparación con la minería en términos de uso de la tierra, de consumo de energía, emisión de sustancias peligrosas, generación de residuos y emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal gas de efecto invernadero.
Por ejemplo, la producción de 1 kg de aluminio mediante el reciclado utiliza sólo 1/10 parte o menos de la energía requerida para la producción primaria, y evita la generación de 1,3 kg de residuos de bauxita17, 2 kg de emisiones de CO2 y 0,011 kg de emisiones de dióxido de azufre (SO2), así como los impactos y las emisiones asociadas con la producción de los elementos de aleación utilizados en aluminio, sin pérdida de valor de la materia.
Un teléfono móvil puede ser fuente de más de 40 materiales
Un teléfono móvil puede ser fuente de más de 40 materiales. Los hay comunes como el cobre o el estaño y otros más preciados como el citado oro, la plata o el paladio. Si tenemos en cuenta datos como el que se publicó el año pasado, que daba por hecho que 5.000 millones de personas en el planeta ya tienen teléfono móvil, tenemos un argumento más que sólido para entender por qué la minería urbana es una actividad al alza.
Según la Oficina Internacional del Reciclaje, reciclar chatarra de acero permite ahorrar un 75% en consumo energético si lo comparamos con el procesado del mineral de hierro. En el caso del cobre el ahorro es todavía mayor, de hasta el 85%.
Elementos que se están agotando
Hay elementos cuya utilización está seriamente comprometida en los próximos 100 años, debido a su abuso y explotación. Un ejemplo es el indio (In). Se usa en todas las pantallas planas (LED, QLED, OLED) de los smartphones, pantallas de ordenador… como parte de una película conductora transparente de óxido de indio y estaño. También se emplea en láseres para fibra óptica y para soldadura en frío de componentes eléctricos.
Hoy en día, en el caso del indio, sus minas son muy dispersas, ya que os grandes yacimientos ya han sido completamente explotados. Este material aparece concentrado junto a otros como el zinc, y por ello se considera un subproducto en la extracción del zinc. Estudios recientes han destacado que este elemento importante para los aparatos eléctricos y electrónicos, solo durará unos 20 años, luego el precio de este se disparará por su escasez.
Otro ejemplo es el litio; este elemento es clave para la fabricación de baterías de coches eléctricos, híbridos y para muchas baterías ligeras de nuestros teléfonos inteligentes, tabletas, etc. Muy conocido por sus efectos y la explotación que ha tenido. Por ejemplo, si todos los vehículos que fabricamos hoy llevaran baterías de litio, necesitaríamos una cantidad tan elevada que sobrepasa la disponible en la naturaleza.
Otros metales y minerales de conflicto
¿Qué podemos decir de nuestros teléfonos inteligentes que tenemos todos? Un teléfono móvil corriente como el que tienes, puede incorpora 30 elementos diferentes. Algunos de ellos, como el estaño, el tántalo, el wolframio y el oro, forman parte de minerales que se extraen en zonas de conflicto y en condiciones de explotación laboral…
En Europa se están cambiando hasta 10 millones de teléfonos inteligentes mensualmente, una gran cantidad, lo que significa que se puede recuperar muchos materiales de estos 10 millones de teléfonos en su conjunto. Todos estos elementos forman parte de una lista de metales y minerales críticos elaborada por la UE. Existe un alto riesgo de que su suministro se pueda interrumpir.
El problema viene cuando, muchos de los yacimientos más ricos de los metales ya han sido explotados. A medida que la ley del mineral disminuye en la mina, el consumo total de energía por tonelada de mineral extraída parece aumentar.
Un ejemplo son las minas de cobre que se encuentran en Chile. La ley de mineral promedio ha disminuido aproximadamente un 28,8 % en solo diez años. Se ha observado un incremento del consumo energético en esas minas del 46 % entre 2003 y 2013, mientras que el aumento de cobre producido para ese mismo período es del 30 %.
El premio de la Minería Urbana
Desde 2011 se entrega un galardón para la difusión de la economía medioambiental. Este premio es otorgado anualmente, en un congreso especializado en minería urbana. La intención de este galardón es visibilizar los méritos y servicios para el fomento y aplicación de la economía circular. En 2019, el jurado compuesto por profesionales del CCI y la CEMa eligió como ganador del Premio a la Gestión Ambiental al proyecto de la empresa LampTroyer presentado por Osvaldo Glat para la reducción y separación de mercurio contenido en luminarias.