Skip to main content

El vidrio y el cristal son dos materiales habituales y parecidos, pero no son lo mismo, su tratamiento y el reciclaje es distinto. Y sólo uno de ellos debe acabar siendo depositado en el contenedor verde.

Botellas, vasos, tarros, bombillas, recipientes… En casa tenemos una gran variedad de objetos de vidrio y de cristal y en ocasiones no es tan sencillo diferenciar de qué material está hecho cada uno. La duda puede brotar sobre todo a la hora de deshacerse de esos utensilios, ya que no todos deben depositarse en al contenedor verde. Las diferencias entre vidrio y cristal no son tan evidentes y de hecho lo habitual es emplear ambas palabras indistintamente.

¿Qué es el vidrio?

El vidrio es un tipo de material cerámico amorfo, inorgánico, duro, frágil y transparente o traslúcido, sin estructura cristalina, que se obtiene por fusión y rápido enfriamiento de arena silícea con potasa y que es moldeable a temperaturas de unos 1.500°. El hombre domina bien la técnica para su fabricación, ya que las primeras piezas de vidrio halladas datan del 2000 a.C. Una de las cualidades de ese material es que puede reciclarse infinidad de veces sin perder ninguna de sus propiedades.

¿Qué es el cristal?

Podemos encontrar definiciones de cristal que se limitan a señalar que es un «vidrio, especialmente de alta calidad». No obstante, hay que tener en cuenta que los cristales propiamente dichos los crea la naturaleza y no son amorfos; lo que llamamos, por ejemplo, vajilla de cristal no es más que vidrio al que se le añade óxido de plomo para que adquiera brillo, sonoridad y peso similares a los cristales. Además, el uso de plomo para objetos destinados a estar en contacto con alimentos está cayendo el desuso, dando paso a nuevas técnicas de fabricación que emulan las propiedades del cristal.

¿Qué se tira en el contenedor verde?

La cristalografía nos ofrece la diferencia definitiva entre cristal y vidrio. Mientras el primero, como material cristalino, presenta un ordenamiento perfecto de los átomos con un patrón que se repite en las tres dimensiones del espacio, el segundo, como material amorfo, destaca por su desorden interno, de corto alcance y sin repetirse en las tres dimensiones del espacio.

Volviendo al contenedor verde, ahí tiraremos las botellas de vidrio de cualquier color, tarros de alimentos y otros objetos de vidrio como los frascos de colonia y recipientes. Pero más importante incluso es saber qué no depositar: nada de bombillas (contiene componentes que deben ser separados), tazas de cerámica o porcelana (estos materiales necesitan más temperatura de fusión y provocan la ruptura del envase de vidrio: se depositan en el contenedor gris), vasos, cristales de ventana, espejos o gafas (el óxido de plomo que contienen no se puede fundir en los mismos hornos donde se producen los envases de vidrio, por lo que deben ser recogidos en un punto limpio; si se trata sólo de un vaso roto, al contenedor gris).

reciclaje de vidrio en contenedor verde

¿Dónde reciclar lámparas?

Nunca tirar las bombillas al contenedor verde, ya que estos contienen diversos materiales que deben pasar por un proceso específico para separarlos. Cada bombilla se recicla de forma diferente, incluso algunas no se pueden reciclar.

  • Reciclaje de lámparas de descarga y fluorescente

Las lámparas de descarga son aparatos de iluminación en los que la luz se consigue por la excitación de un gas que se somete a descargas eléctricas. Su uso permite una mayor eficiencia energética que las lámparas incandescentes convencionales, pero tienen el inconveniente de que, durante su fabricación, se utilizan metales pesados, que, una vez utilizados, también se convierten en residuos peligrosos.

Las lámparas de descarga más conocidas son los fluorescentes, que contienen pequeñas cantidades de mercurio, y se utilizan fundamentalmente en el comercio, las oficinas y la industria. No obstante, también se utilizan a menudo en las casas, por ejemplo, en lavabos y cocinas. Las lámparas de descarga de vapor de mercurio y vapor de sodio a alta presión se utilizan para el alumbrado público y en naves industriales.

  • Reciclaje de lámparas LED

Los LED no incluyen elementos tóxicos. Sin embargo, están hechos de componentes electrónicos que han de ser reciclados. Diodos, semiconductores o transformadores que pueden reciclarse como cualquier equipo electrónico estándar. Además, el LED está hecho de vidrio (88%), metales (5%) y materiales diversos (7%). Algunos materiales contenidos en los LED son muy útiles para reciclar como el indium, gallium u otras tierras raras. No hay programas especiales para reciclar LED por el momento.

En la mayoría de los países de la UE, hay comisiones que se ocupan de la regulación de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en el Reino Unido (WEEE) y en Francia (Recyclum) por ejemplo. Si tiene dificultades para saber dónde reciclar sus bombillas LED antiguas, no dude en solicitar la información a su comisión local para conocer los requisitos. Hay algunas opciones para reciclar su bombilla LED:

  • Centro de reciclaje local / centro de reciclaje de desechos electrónicos o “puntos limpios”
  • Las grandes superficies y centros comerciales suelen disponer de contenedores para reciclaje de bombillas LED

ACS Recycling y el reciclaje de lámparas

Somos una empresa dedicada a los servicios medioambientales especializada en la gestión y el reciclaje de residuos eléctricos y electrónicos (RAEE). Ayudamos a las empresas a cumplir con sus obligaciones medioambientales promoviendo la sostenibilidad y la economía circular.

Dentro de las 7 fracciones de los RAEE, las lámparas forman parte de la fracción número 3: lámparas fluorescentes rectas, lámparas fluorescentes compactas, lámparas fluorescentes, lámparas de descarga de alta intensidad, incluidas las lámparas de sodio de presión y las lámparas de haluros metálicos, lámparas de sodio de baja presión y lámparas LED.

Solicitar Información

Leave a Reply