Skip to main content

El 14 de octubre de cada año se celebra el Día Internacional de los Residuos Electrónicos. Es un momento fundamental para pararse a reflexionar sobre el modo en el que hacemos uso de los dispositivos, y sobre cómo nos deshacemos de ellos cuando no los deseamos más. ¿Es un uso responsable? ¿Se tienen en cuenta los perjuicios causados al planeta? Estas son preguntas que es preciso responder en una fecha como esa. Únicamente siendo conscientes de nuestros comportamientos podremos mejorarlos.

¿Qué son los RAEE?

Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), también conocidos cómo desechos electrónicos, son todos aquellos dispositivos y elementos eléctricos y electrónicos de uso diario que, una vez han dejado de funcionar y pasan a ser inservibles, se convierten en un objeto contaminante y sin utilidad aparente. Se consideran aparatos eléctricos y electrónicos todos los que precisan de campos electromagnéticos o corriente eléctrica para funcionar debidamente.

Incluye, por tanto, desde una lavadora hasta un teléfono móvil inteligente, pasando por un cepillo de dientes eléctrico y una plancha. Las únicas características comunes entre todos esos objetos es que funcionaban con electricidad y que, de una vez por todas, han perdido su utilidad por haberse roto. Esta amplitud definitoria es la que aparece recogida legalmente en el Real Decreto 110/2015, de 20 de febrero. En esa ley, además, se insiste en la necesidad de gestionarlos de manera sostenible.

Como puede suponerse, los RAEE tienen cada vez más presencia en nuestra sociedad, pues son una consecuencia directa del aumento de aparatos tecnológicos en la vida cotidiana de cualquier rincón del mundo.

¿Por qué es importante reciclarlos?

El reciclaje de los RAEE (que parte de una correcta gestión de residuos) es fundamental. La razón se encuentra en que, tan solo en el año 2021, se produjeron 57 millones de toneladas de esta clase de basura. Dicho con otras palabras: el volumen de RAEE es tan grande que, si no se gestiona como es debido, puede dar lugar a consecuencias funestas para el medio ambiente y para la sociedad en su conjunto. De esta forma también se contribuye en la economía circular.

Tanto es así que la ONU ya lleva alertando varios años acerca de la posibilidad de dar lugar a consecuencias medioambientales irreparables si no se hace algo al respecto. Es necesario reducir un consumo irresponsable, sí, pero también saber gestionar como es debido los residuos.

Al fin y al cabo, a día de hoy la tecnología está tan estrechamente ligada a la vida diaria de tantos millones de personas que es muy poco probable que se reduzcan los dispositivos en desuso cada año. La alternativa, por tanto, es el reciclaje y la reutilización debida de este tipo de desechos. Por ello la correcta gestión de RAEE es tan importante.

¿Por qué diferenciar los dispositivos pequeños de los grandes?

Dentro de la clasificación de los RAEE hay una categoría que llama la atención con especial fuerza: los pequeños aparatos eléctricos. Esto es así debido a los siguientes motivos:

  • En el año 2022 se estima que van a producirse en torno a 25 millones de toneladas de pequeños residuos de tipo electrónico. Es decir, van a suponer casi la mitad del total.
  • Precisamente debido a su tamaño, muchas veces se desechan de manera incorrecta. Es mucho menos común tirar una lavadora completa al contenedor. Sin embargo, es habitual arrojar cepillos eléctricos, móviles usados o tostadoras.
  • Contienen muchos componentes que pueden ser reutilizados. Tienen varios componentes de alto valor añadido. Si se gestionase correctamente su retirada, podrían reducir, año tras año, las emisiones de carbono y el tamaño de los vertederos.
  • Son los que más comúnmente generan los individuos particulares y no las empresas. Se calcula que el ciudadano europeo medio genera 1,4 kilogramos de residuos electrónicos pequeños por año. Además, se calcula que tiene en torno a 5 kilogramos almacenados en casa en lugares como cajones y armarios olvidados.

El Día Internacional de los Residuos Electrónicos, centrado en los problemas de hoy

Pues bien, por todo ello, el Día Internacional de los Residuos Electrónicos se ha centrado en los de pequeño tamaño. Al fin y al cabo, todo lo dicho hasta ahora pone de manifiesto varios puntos fundamentales:

  • Que los residuos electrónicos son un problema creciente en nuestra sociedad. Cada año se generan más que el anterior, de manera que solo cabe esperar una pendiente ascendente que va a ir magnificando el problema de manera progresiva.
  • Que los pequeños residuos ocupan un papel particularmente importante. Especialmente en lo que refiere a su estrecha vinculación con el ciudadano medio, y a su mala gestión al ser arrojados a papeleras, contenedores o vertederos.
  • Que los aparatos desechados muchas veces cuentan con componentes muy valiosos que podrían reutilizarse, reduciendo así la basura total y dando salida a este tipo de residuos.
  • Que, en todo este marco, la gestión y la clasificación de los residuos son dos tareas absolutamente fundamentales. Nosotros, por ese motivo, dedicamos tan altos esfuerzos, traducidos en el trabajo de profesionales y en la inversión de tiempo y dinero, a llevarlas a cabo de manera correcta.

En conclusión, ya ha podido verse qué clase de temas cobran relevancia en una fecha como el Día Internacional de los Residuos Electrónicos. Se ha comprobado cómo todos los residuos electrónicos tienen importancia, pero este año particularmente los más pequeños. ¿Por qué? Porque cada vez están más presentes y son los que menos se reciclan. En todo caso, está en las manos de todos nosotros dar un vuelco a la situación y conseguir, de una vez por todas, un modo de vida sostenible. El planeta y las futuras generaciones nos lo agradecerán.

Leave a Reply