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Los residuos RAEE generan una serie de peligros para el medioambiente, lo que exige que haya que reciclarlos de forma correcta. Repasamos sus características y cuáles son las claves para retirarlos de una empresa cumpliendo con la normativa vigente.

¿Qué son los residuos RAEE y por qué son peligrosos?

Las siglas aluden a «residuos de aparatos eléctricos y electrónicos». Entran en este grupo todo tipo de productos como los electrodomésticos, un teléfono móvil, una tableta o similar. A la hora de reciclarlos, hay que consultar el RD 110/2015 del 20 de febrero. En este texto legal encontramos una definición más completa de los aparatos que entran en este grupo y se ofrecen las nociones esenciales para reciclarlos.

Así, los AEE son todos los aparatos eléctricos o electrónicos que funcionan con corriente eléctrica o campos electromagnéticos. También se añaden aquellos dispositivos que generan, transmiten y miden corrientes con una tensión que no supera los 1000 o 1500 V en corriente alterna o continua.

El peligro reside en que en su contenido se encuentran sustancias muy peligrosas como las siguientes: cadmio, plomo, mercurio, fósforo, arsénico, aceites peligrosos y amoniaco. En todos los casos, se trata de elementos que ponen en riesgo la salud si la gestión de los aparatos no es la correcta.

De no ser así, sirva el siguiente ejemplo para confirmar la peligrosidad de estos aparatos. Un frigorífico estándar mal reciclado genera el mismo CO₂ que un coche durante un recorrido de 15 000 kilómetros. Un monitor puede contaminar hasta 80 000 litros de agua. Por lo tanto, el reciclaje es una alternativa imprescindible para preservar la naturaleza.

Líderes en la gestión de RAEE y reciclaje de material informático

Los distintos tipos de AEE

Hay siete tipos de aparatos cuyos materiales pueden ser reconvertidos en materia prima reduciendo así su poder contaminante:

  • Aparatos de intercambio de temperatura. Entran en este apartado las neveras, los congeladores y los frigoríficos.
  • Monitores de ordenador y pantallas de más de 100 cm².
  • Todas las lámparas y bombillas.
  • Los aparatos con más de 50 cm de ancho.
  • Los pequeños aparatos con menos de 50 cm de ancho.
  • Todos los equipos informáticos y dispositivos electrónicos.
  • Los paneles fotovoltaicos con más de 50 cm de ancho.

Como podemos comprobar, cualquier aparato que necesite corriente eléctrica para funcionar entra en esta categoría y exige un procedimiento concreto para su reciclaje.

¿Por qué hay que reciclar los residuos RAEE?

El reciclaje de aparatos eléctricos es imprescindible, ya que contienen cuatro tipos de gases que alteran la capa de ozono e inciden en el calentamiento global. Nos referimos a:

  • Los CFC o clorofluorocarbonos.
  • Los HCFC o hidroclorofluorocarbonos.
  • Los HFC o hicrofluorocarbonos.
  • Los HC o hidrocarburos.

Si este tipo de aparatos no se recicla de forma adecuada pueden provocar un aumento de la contaminación y un empobrecimiento de la calidad del aire de inciertas consecuencias en el medioambiente. Basta con poner algunos ejemplos prácticos para confirmarlo. Una nevera industrial contiene un 61 % de materiales férricos, un 9 % de plásticos y un 21 % de otros materiales contaminantes.

Un ordenador o una impresora contienen un 43 % de materiales férricos, un 30 % de plásticos y un 20 % de otros materiales. Es decir, si cualquiera de los dos productos llegase a un contenedor estándar y terminara en una planta de reciclaje de basuras, los daños en el ecosistema correspondiente serían incalculables. Evitarlo es sencillo siempre que se cuente con el apoyo de una empresa especializada en la gestión de residuos.

¿Dónde debe reciclar tu empresa los residuos RAEE que genera?

La gestión de residuos eléctricos y electrónicos de una empresa es, por lo tanto, esencial para que su actividad sea mucho más sostenible y para cumplir siempre con lo estipulado en el RD 110/2015. Lo habitual es que cada ayuntamiento disponga de puntos limpios repartidos por la ciudad en cuestión para llevar a cabo esta tarea.

Sin embargo, no siempre resulta fácil saber cuál es su ubicación, el horario y otros aspectos relacionados. Subrayamos los datos de la ONUDI (Oficina de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial) para confirmar la necesidad expresa de llevar a cabo esta labor.

En todo el planeta se generan anualmente hasta 50 millones de toneladas de residuos. Cada cinco años el nivel aumenta hasta un 28 % debido a la tendencia imperante de renovación tecnológica. Teniendo en cuenta que la mayor parte de aparatos contienen materiales que pueden reciclarse, no parece lógico seguir generando residuos de forma incontrolada.

En nuestra empresa, disponemos de una planta propia de reciclaje de aparatos eléctricos y electrónicos para facilitarles a nuestros clientes todo el proceso. Disponemos de la licencia correspondiente y conseguimos que la empresa que confíe en nuestros servicios evite el abono de sanciones diversas.

Asimismo, cumplimos con los estipulados en el RD 180/2015 donde se aclara cómo debe ser el transporte de los residuos de este tipo hasta nuestras instalaciones. Ofrecemos toda la documentación necesaria respecto a nuestra labor profesional para que la empresa pueda confirmar cómo ha reciclado los AEE correspondientes.

En definitiva, se trata de comenzar a entender que los residuos RAEE no pueden tratarse como basura y que han de ser tratados de forma específica. De su correcta gestión dependerá, directamente, que la empresa sea más sostenible y que su actividad no sea dañina para el medioambiente. Sirva la información anterior para constatar la indudable importancia de darle el protagonismo necesario al proceso que puede convertir fácilmente cada residuo en materia prima reutilizable.

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