Cómo poner en marcha el ahorro energético en tu empresa
El ahorro energético en una fábrica es siempre imprescindible para conseguir sacar más partido a los beneficios obtenidos. A continuación, comentamos todas las claves al respecto.
¿Qué es el ahorro energético?
Se engloban bajo esta denominación todas las acciones que se llevan a cabo para reducir el consumo de energía. Esta decisión tiene en cuenta dos factores esenciales:
- Las fuentes de energía no son inagotables. Al provenir de la naturaleza, reducir el gasto energético es siempre sinónimo de preservar el medioambiente y de rebajar la emisión de CO₂ y de otros gases de efecto invernadero.
- Convertir la sostenibilidad en una manera muy adecuada de disminuir gastos mensuales y conseguir que la empresa sea más rentable.
¿Qué podemos hacer para ahorrar energía?
La pregunta cómo ahorrar energía en una fábrica tiene varias respuestas. La primera tiene que ver con la redacción de un plan de ahorro energético para empresas que incluya todo lo relativo a la actividad profesional y a las propias características del negocio en cuestión. Además, es siempre recomendable comenzar cambiando la fuente de energía principal por una sostenible como la solar. Asimismo, se deberían poner en práctica las recomendaciones que explicamos ahora.
Consejos de ahorro energético para tu empresa
Cuando nos proponemos ahorrar energía en una fábrica, empresa o industria es fundamental tener clara la importancia de poner en práctica diversas medidas.
Recomendaciones relacionadas con la iluminación y el consumo energético
Son muy fáciles de poner en práctica y permiten que la factura mensual descienda de forma progresiva:
- Adquirir maquinaria con una eficiencia energética A como mínimo. Nos encargamos del reciclaje de los dispositivos que vayan a renovarse para aminorar la huella de carbono. Disponemos de una planta propia para ello.
- El salvapantallas de las pantallas de los ordenadores debería ser de color negro y ha de programarse para que se active a los 5 minutos de inactividad.
- Mejorar la iluminación del espacio de trabajo, instalando ventanales o tragaluces que favorezcan la entrada de luz natural.
- La iluminación eléctrica debería ser siempre a base de luces led. Duran más que las tradicionales y poseen una mayor capacidad lumínica.
La regulación de la energía
La instalación de ahorradores energéticos resulta indispensable. Estos dispositivos detectan y eliminan los excedentes de energía que produce la maquinaria con su funcionamiento.
El empleo de regletas con un interruptor. Se deberán enchufar los elementos correspondientes de la cadena de producción que sean complementarios. Así, será más fácil apagar la regleta y no encenderla para usar, por ejemplo, una de las tres máquinas enchufadas.
Asimismo, confiar en temporizadores que apaguen la luz automáticamente es siempre aconsejable. Instalar interruptores para apagar las diversas áreas de trabajo posibilita racionalizar el uso de la energía con mayor facilidad.
La climatización
Renovar el sistema de climatización. En la actualidad, podemos diseñar a medida y conseguir que sea compatible con energías renovables. No debemos olvidar que esta renovación va de la mano de la instalación de puertas y ventajas con cierre hermético que evitan la salida de calor o de frío.
Igualmente, conviene limpiar los filtros del aire acondicionado con regularidad para que sea más fácil alcanzar la temperatura deseada. La programación del sistema, con el fin de que alcance la temperatura adecuada en las horas de más frío o calor, facilita que el lugar de trabajo se adapte mejor a las necesidades específicas de la plantilla.
Si bien las ventanas son siempre imprescindibles, pueden cubrirse con cortinas venecianas o toldos para regular la temperatura de forma natural y ecológica. Bastará con elegir un material que posibilite el paso de la luz, pero no del calor.
Las labores de mantenimiento
Cuando trabajamos con una maquinaria de forma habitual es lógico que se produzca un desgaste progresivo de sus partes mecánicas. Cuanto mayor sea el deterioro, más energía consumirá la máquina y mayor será el gasto. Por tanto, resulta aconsejable llevar a cabo el mantenimiento de cada máquina, al menos, una vez al mes.
A esta tarea debe acompañarle la revisión de la funcionalidad de regletas, enchufes e interruptores. Se les debe prestar especial atención a las conexiones y a los posibles cables que presenten algún tipo de erosión o deterioro para su inmediata renovación.
Bastará con limpiar las partes más importantes, engrasarlas y comprobar que su funcionamiento es el correcto.
La formación a los empleados
Son ellos los encargados de que el plan de ahorro sea un éxito. Recomendamos exponer con claridad cuál es el gasto energético de la empresa y cuáles serían las consecuencias de las pautas anteriores a nivel económico.
Por otro lado, comentar la cantidad media de CO₂ que emite la energía y recordar las nefastas secuelas para el medioambiente es una estrategia muy positiva. Finalmente, habría que realizar una comparativa que confirmase cómo han funcionado las medidas implementadas con estadísticas y datos reales.
Consultar a los empleados sobre los errores que puedan cometerse durante la producción. A buen seguro, siempre sabrán dónde se incurre en el mayor gasto. Su opinión es fundamental para reorganizar el gasto de energía desde otro punto de vista.
La suma de todos los consejos anteriores convierte a cualquier empresa en una más acorde a las exigencias de la normativa vigente sobre ahorro energético. El proceso de cambio para alcanzar esta meta ha de ser progresivo y no implica inversiones demasiado significativas. Renovar la forma de pensar acerca de la energía que se malgasta es el primer paso para ahorrar cada mes y para darle la importancia debida a la sostenibilidad.